Los festivales de
cuentacuentos son actividades muy educativas y disfrutadas por todo público. En
ellos puedes conseguir que estén un buen rato con los ojos fijos, abiertos como
platos, al igual que los oídos, sin perderse el mínimo detalle. Podemos
hacerles reír, y sobre todo podemos enseñarles el valor y el poder de las
historias. Por eso, en este post de Susan Beltrán te damos sugerencias
para participar en uno.
Organizar
una actividad de cuentacuentos puede resultar muy enriquecedor tanto
para animadores como para el público. El animador va a poder demostrar su
frescura y espontaneidad ante el auditorio y el público se va a ver
involucrados en una actividad tan llena de elementos atractivos, que incluirá
la lectura como una de sus aficiones preferidas.
En
relación a su atuendo, el cuentacuentos debería ir vestido de trovador,
y si es necesario, con maquillaje. Es muy importante que se meta en su papel y
realmente parezca un cuentacuentos y no una persona disfrazada para contar
historias. La actuación debe estar cargada de realismo, cuidando al máximo
hasta el mínimo detalle.
Tiene
que ir contando los cuentos de memoria, sin leerlos, e ir
pasando de uno a otro relacionándolos entre sí. No puede hacerlo sin que el
conjunto tenga un sentido lógico. Además, el cuentacuentos debe llevar un ritmo
pausado, pero sin caer en el aburrimiento de los presentes, y esto lo
conseguirá aportando datos nuevos en cada una de las frases que diga.
Además,
el animador debe hacer suyo el texto de los cuentos, y puede incluir
cosas que no estén en los mismos para hacerlo más atractivo. Asimismo, debe
ensayarse la actuación previamente frente a alguien porque, aunque creamos que
nos sabemos los cuentos y los enlazamos bien, hasta que no los contamos en alto
no sabemos exactamente cómo puede quedar la narración.
El trovador debe provocar emociones, sensaciones
y crear un interés en el espectador. Para ello, la colocación del público
es indispensable. Éstos deben estar muy cerca, sentados preferiblemente en
semicírculo para que el contacto entre el animador y los niños sea directo y
pueda provocar en ellos todos estos efectos que pretende.
El
narrador no debe utilizar muñecos ni dibujos para completar la narración,
porque de esta manera conseguiría que los niños se distrajesen y no jugasen con
su imaginación, siendo ésta la que juega el papel más importante en este tipo
de actividades, ya que estimula su creatividad e imaginación.
La
entonación será muy importante. Deberá darse la entonación apropiada en cada
parte del cuento para que la narración resulte atractiva. Habrá que crear
suspenso en los momentos en los que el cuento lo requiera, y habrá que utilizar
diferentes tonos dependiendo de lo que trate la narración. Por ejemplo, si el
cuento tiene partes de miedo, el animador puede gritar para mostrar el miedo de
los protagonistas, o sollozar si el protagonista llora.
Los
gestos también son indispensables durante la narración,
ya que el animador debe expresar lo que está narrando. Si el protagonista del
cuento está alegre, el monitor debe expresar exactamente esa alegría.
Se
incluirán gestos graciosos, incluyendo onomatopeyas, que pueden hacerles reír
en momentos determinados durante la narración. Los ojos y las manos también
jugarán un papel muy importante puesto que atraerán la atención de los
oyentes y además le darán mayor expresividad a la actuación del trovador.
En
cuanto al estilo, los cuentos deben empezarse con frases populares como,
por ejemplo: “Érase una vez…” y deben finalizarse también con alguna oración
como: “Colorín, colorado, este cuento se ha acabado”.
Se
pueden emplear repeticiones para que los niños
conozcan mejor a los personajes y para que incluso en ocasiones puedan
participar en la narración. Por ejemplo, si uno de los cuentos elegidos es el
de “La Ratita Presumida” se pueden hacer partícipes a los niños cuando los
distintos pretendientes van a pedir matrimonio a la ratita, y que todos digan a
la vez: “ratita, ratita ¿te quieres casar conmigo?
Los
cuentos elegidos pueden ser desde cuentos conocidos por todos, a cuentos nuevos
e incluso inventados, pero siempre deben ir enlazados. Se pueden
alternar entre cuentos realistas o cuentos con elementos de ficción. Los
cuentos con protagonistas humanos o animales personificados pueden ser
utilizados en este tipo de tarea, aportando variedad y evitando que la
actuación resulte monótona.
¿Cómo
hacer una buena selección de textos? Aquí vamos a darte una serie de ideas que
podrían servirte para crear una sesión de cuentacuentos. En primer lugar, se
pueden buscar cuentos por temática, por ejemplo: fábulas, cuentos de princesas,
cuentos sobre objetos animados, etc.
De ahí
seleccionamos los que más nos gusten y buscamos entre ellos un eje
argumental. Por ejemplo, las princesas buscan mascota y éstas buscan un
juguete con el que pasar las horas.
El
trovador puede contar a la audiencia que las princesas están muy preocupadas
porque debido a los últimos avances en tecnología, sus historias están
siendo olvidadas, ya que los niños no leen sus cuentos y pasan las horas
jugando con consolas y juegos de ordenador. Entonces, han buscado a este
trovador para que comparta con los niños sus historias y así éstas no sean
olvidadas.
Y, por
último, no olvides hacerles reír, adapta los cuentos cuanto sea
necesario para que estos estén cargados de humor y de elementos que les hagan
reírse a carcajadas. Esto les hará pasar un rato muy agradable que no van a
olvidar con facilidad.