domingo, 31 de enero de 2010

Fechar después del año 2000


Por: Freddy A. Contreras Oré

Hasta el día 31 de diciembre de 1999 los hispanohablantes no tuvimos mayores problemas para fechar correctamente. Pero, a partir del día uno de enero de 2000, el uso de la norma lingüística se ha visto terriblemente afectada por el incremento indebido del artículo y la conformación del apócope del.

Cuando se fecha se da información de la ubicación determinada de un lapso estableciendo el número de días, el mes y el año que transcurren. Los números son adjetivos y los adjetivos delimitan la amplitud del sustantivo.

Yo nací un día del mes de enero, no delimita con exactitud el día ni el año. Yo nací el día uno del mes de enero del año 2000, delimita con mayor precisión; no cualquier día, sino el día uno; no cualquier año, sino el año 2000.

Los números uno y 2000 delimitan la amplitud de los sustantivos día y año. Son modificadores del sustantivo y, por tanto, adjetivos numerales, cardinales.

Cuando un adjetivo es antecedido por un artículo se presenta un adjetivo sustantivado; es decir, un adjetivo que cumple función de un sustantivo; pero, ésta es una virtud exclusiva de los adjetivos calificativos; nunca, de los adjetivos numerales.

Partiendo de la expresión “el niño estudioso”, se puede decir “el estudioso” y es una expresión correcta; pero, partiendo de “el día 8” no se puede decir “el 8”; ni partiendo de “el año 2000”, se puede decir “el 2000”; porque, reitero, los adjetivos numerales no se sustantivan.

Por tanto, la expresión correcta para una fecha, siguiendo las normas que ya usábamos hasta 1999, debe ser: Nací en uno de enero de 2000. Eligieron al nuevo presidente en 4 de junio de 2006. Nos reuniremos en 21 de julio de 2006.

Si dijéramos “el día 4” el artículo antecede con propiedad al sustantivo día; pero, cuando no se emplea el sustantivo debemos sustituirla con la preposición en.

Cabe recordar también que los nombres de los días, meses y estaciones no se escriben con mayúscula.

La revista QUEHACER, en su último número del bimestre mayo-junio, nos alcanza una excelente muestra de propiedad lingüística cuando dice:
“En el mes anterior a la primera vuelta de 2006, los diarios populares hicieron 55 menciones negativas sobre Humala en primera plana y sólo una en el caso de Flores.”
En la ultima novela de Mario Vargas Llosa “Travesuras de la niña mala”, la editorial Alfaguara registra en su colofón: “Este libro se terminó de imprimir en (…), Lima 3, Perú en el mes de abril de 2006.

Sigamos los buenos ejemplos en nuestro hablar y escribir.