lunes, 29 de abril de 2013

Sirenas amazónicas y "yakurunas"



Según la creencia popular, los testimonios orales y tradiciones escritas; en los lugares desolados de la selva amazónica donde abundan fuentes de agua habitan unas mujeres extraordinarias a quienes llaman sirenas. Las sirenas se caracterizan por tener desde la cintura,  en lugar de las extremidades inferiores, una larga y escamosa cola de pez; de la cintura hacia arriba, un cuerpo humano, cabellos largos y rubios, ojos azules, piel  blanca y el torso desnudo cuyos senos son cubiertos disimuladamente con sus largos cabellos sueltos.

También existen testimonios de personas que aseguran haber tenido contacto con ellas mostrándose más bien con características humanas solamente; pero actuando con seductoras insinuaciones para que su víctima ingrese al agua con ella. Las sirenas pueden adular y engañar al varón para llevárselas a las profundidades del río. Algunas personas afirman que su atracción hipnótica es tal que quienes son encantados terminan levantándose por las noches de sus camas y se dirigen a la fuente de agua con la idea de arrojarse en ella.

La versión masculina de las sirenas son los yakurunas, los mismos se sienten atraídos por las mujeres y las cortejan; las visitan en sus casas llevándoles regalos (peces). Se atreven a seducirlas sin importar que ellas tengan marido y las inducen a  llevar una relación adúltera, ocultando su identidad de "hombres del agua".

Muchas personas de edad avanzada aseguran haber visto en tiempos pasados a extrañas y bellas mujeres bañándose en el río o sentadas en rocas o troncos que afloraban del agua. Afirman que era común observar a estos seres a lo largo del río y en las lagunas o "cochas" en lejanas épocas, cuando recién se poblaba la amazonia y no existía mucho disturbio por la actividad humana en las fuentes de agua. El común denominador de estos casuales encuentros es que los testigos, mientras navegaban por el río, podían divisar a lo lejos una mujer sentada sobre las rocas o troncos lavándose o arreglando su cabellera; pero siempre mirando en dirección opuesta al de ellos, quienes admirados y en el intento de acercarse para verla con más claridad, causaban la huida de la sirena quien se arrojaba a las aguas del río antes de que aquellos puedan acercarse.

Muchas personas sostienen que la desaparición de sus parientes en las aguas de los ríos no se debe al ahogamiento; sino más bien a secuestros causados por las sirenas, quienes se llevan a la víctima a sus dominios bajo el agua manteniéndolos cautivos por el tiempo que ellas consideran necesario.



Los síntomas evidentes de las personas que tuvieron contacto con las sirenas se traduce en malestar, fiebre, dolor de cabeza y susto que luego debe ser sanado por los curanderos, quienes tienen que soplar humo de tabaco por todo el cuerpo de la víctima para lograr que se curen. También algunos tienen pesadillas donde presuntamente la sirena se les revela; es decir que se les presenta en el sueño y entabla conversación con ellos.


Algunos informantes aseguran no haber visto a la sirena pero si haber escuchado sus hermosos y melodiosos cantos provenientes de algún lago, río o arroyo durante las noches de luna llena. Los cantos van acompañados de sonidos de guitarra, mandolina o arpa.

Se habla de personas capaces de introducirse en los ríos y lagos a voluntad para poder convivir con los seres de sus aguas. Ellos son los brujos o hechiceros que tienen pleno conocimiento de estos misteriosos seres y de su forma de vida; así también disponen de los secretos de cómo ingresar y salir a voluntad de esos mundos acuáticos. Se habla de pactos que los mismos hacen con estas entidades, que al parecer les brindan poderes curativos o de otra índole. Se asegura que una vez que una persona ingresa al agua, bajo el encantamiento de la sirena, se encuentra con un mundo extraordinario donde hay ciudades y personas que viven cómodamente; donde la boa de agua (anacondas), los lagartos (caimanes), los lobos de río (nutrias), las tortugas y otros animales acuáticos obran como personas compartiendo el hábitat con las sirenas. Lo mismo sucede en los grandes lagos.



Se considera que las sirenas son dueñas de los recursos ictiológicos. Son la "madre del agua", la "madre de la cocha" o la "madre del río". Ellas son las que cuidan de los peces y evitan la pesca sin su autorización. Son ellas  las que castigan he impiden que algunos puedan pescar más de los debido, castigándoles con la “mezquindad de su pesca”, haciéndoles desaparecer las redes de pesca, causando fuertes remolinos o causando mal tiempo que ahuyenta a los pescadores del lugar.

La cosmovisión amazónica concibe a la sirena como un espíritu del agua que tiene una personalidad ambivalente ya que puede ser generosa y maligna según su estado anímico producto de la interacción con los seres humanos que son de su agrado o no. La sirena es generosa con los que aprovechan racionalmente los recursos ictiológicos y con los que logran captar su atención amorosa; pero es dañina con las personas que invaden su espacio sin permiso y abusan en la explotación de los recursos del río, o contra aquellos que revelaron los secretos que le fueron celosamente confiados. Es una entidad que adopta ciertos comportamientos propios de los humanos como es la lujuria, la ira, el egoísmo, la obsesión, el engaño, el secuestro, la exigencia, la adulación, el enamoramiento y la venganza. Estas características evidencian que en su construcción ha existido una fuerte intencionalidad por humanizar a dicho espíritu.



Pese a que los orígenes de esta entidad todavía no son comprensibles el mito tiene un denominador común en los muchos lugares del mundo donde existe: morfología híbrida,  el aspecto bello, el poder hipnótico y su existencia acuática. Al margen de las especulaciones intelectuales sobre las sirenas; existen algunas experiencias extrañas de muchos testigos que no pueden ser explicadas sin considerar lo mágico y extraordinario del fenómeno y que escapa al entendimiento racional de nuestra cultura actual.

En la cosmovisión amazónica sobre la existencia de los espíritus del agua existe una clara connotación ecológica vinculada al aprovechamiento racional de los recursos ictiológicos a través de una cosecha sostenible exigida por estos seres acuáticos; quienes fijan periodos de cosechas y periodos de veda que, al ser contravenidas, obligan a la sanción respectiva.

Lo cierto es que ligado al mito de las "sirenas" y "yakurunas" existen valiosos mensajes orales de ética y moral ecológica relacionados con el respeto y el uso racional de los recursos hidrobiológicos que se fueron transmitiendo a través de generaciones y desde tiempos inmemoriales en toda la Amazonía producto de una filosofía que concibe a las fuentes de agua como importantes y desconocidos mundos paralelos que merecen ser respetados y protegidos.

martes, 9 de abril de 2013

Las heroínas Toledo: recopilación bibliográfica


Uno

“Una vez depuesto el Virrey Pezuela, el Jefe de Estado Mayor, Canterac, dispuso que Ricafort volviese a la sierra donde continuaba la agitación de los indígenas, excitados por la matanza de Cangallo y de Huancayo y donde Aldao, con actividad digna de encomio, secundado por Otero y otros jefes peruanos, hacían con sus correrías todo el daño posible a sus enemigos e interceptaban las comunicaciones con la costa. Como las fuerzas que disponía Ricafort fuesen reducidas se ordenó a Valdez que saliese con 1,200 hombres en dirección al Valle del Mantaro.

El 3 de Marzo las tropas del primero habían dispersado en las cercanías de Concepción a una montonera, pero hallándose el país alzado, prefirió situarse en Izcuchaca, a fin de defender aquel paso y aguardar los refuerzos esperados. Estos llegaron bien pronto y, unidos ambos jefes, determinaron cruzar el río y pasar a la margen izquierda, tendiendo un puente de maromas, por el lado de Concepción. No lo hicieron a mansalva, porque los indios, a los cuales animaban las hermanas Toledo, patriotas decididas que lo sacrificaron todo por la causa de la libertad, les opusieron tenaz resistencia. Al fin lograron entrar en el pueblo que encontraron casi desierto, por haber huido casi todos sus habitantes. De Concepción pasaron a Ataura, más al norte y en la misma banda del río, donde cerca de 4,000 indios intentaron oponerse al paso de los realistas que, enardecidos por el combate, dejaron tendidos en el campo a más de cuatrocientos.”(*)

(*)VARGAS UGARTE, Rubén, S.J. “Historia General del Perú”, Tomo VI, Ed. Milla Batres, Lima, Perú, 1971. Pág. 116-117

Anotaciones personales:

-          El 3 de marzo hubo un enfrentamiento armado cerca de Concepción entre Ricafort y una montonera patriota.
-          La acción de cruce del puente por el lado de Concepción ocurrió después que Ricafort estuvo en Izcuchaca y entró en contacto con los refuerzos de Valdez y eso sólo pudo ocurrir en fecha posterior de 25 de marzo de 1821 en que Valdez salió de Asnapuquio hacia la sierra central por orden de Canterac.

-           Inmediatamente después de las ocurrencias del puente y el ingreso de los realistas a Concepción se llevó a cabo el combate de Ataura el 12 de abril de 1821.

-          La acción de las heroínas Toledo no fue el 3 de marzo ya que Ricafort se reunió con los refuerzos que comandaba Jerónimo Valdez en la localidad de Mito el 9 de abril de 1821.

Dos

“4.2.1 Acciones de Concepción
5.4.2.1.1 Ricafort sorprende a Aldao, 3 de Marzo.

El sanguinario Ricafort volvió de Lima por la ruta de Canta con destino al valle de los huancas. Cuando llegó a Concepción sorprendió una partida de caballería de Aldao; mató cuatro hombres y tomó prisioneros otros tantos y se apoderó también de una pieza de artillería (3 de marzo de 1821). El encuentro –según Sanabria- fue al pie del cerro de Alapa donde los guerrilleros ofrecieron férrea resistencia (Historia de Urin Huanca, p. 100).

Luego como vio que estaba alzado todo el valle, optó por retirarse a Izcuchaca a fin de contactarse con Huancavelica y Huamanga y, a la vez, esperar a Jerónimo Valdez. Parece que esta vez quiso cambiar de táctica usando la diplomacia, pues, a su paso por Huancayo emitió un bando (19  marzo) dirigido a los moradores del valle del Mantaro pidiendo disculpas por el saqueo de casas en la campaña anterior. Emitió también un comunicado desde Colca (29  marzo) a raíz de haberse hallado mutilada a una mujer y prometió sancionar al culpable; promesa que cumplió, pues mandó fusilar a un soldado realista, autor del crimen. Sabedor del avance de Valdez, volvió de Izcuchaca con dirección al valle.

5.4.2.1.2 Valdez y Ricafort atacan a Concepción. El heroísmo de las Toledo. 10 de Abril

El coronel Valdez vino de Lima por la ruta de San Mateo; llegó a Yauli el 22 de marzo y permaneció allí hasta los primeros días de abril. Una vez recuperado del cansancio prosiguió su viaje hacia el valle de Jatunmayo. Se encontró con Ricafort en el pueblo de Mito (9 abril). Allí acordaron dirigirse a Concepción utilizando el puente Balsa, pero la guerrilla de Concepción en número de 80, le opone tenaz resistencia en el referido puente (10 de abril de 1821). A causa de ello, los realistas pierden cuatro hombres; y los concepcioninos, tres. Jerónimo Valdez sufre el primer golpe serrano.

Según varias versiones, “María e Higinia Toledo” residían en Concepción de Achí junto con su madre Cleofé de Toledo. Sabedoras de la intención de Ricafort y Valdez de querer transponer el puente Balsa, ellas, en compañía de un grupo de achinos debilitaron las cadenas o cables del puente sin que nadie pudiera sospechar nada.

5.4.2.2
La Acción de Ataura (Jauja)

Ricafort y Valdez, después de incendiar a Concepción, prosiguieron su marcha hacia Jauja. Cuando se hallaban a tres kilómetros de dicho pueblo, se dieron con la sorpresa de que 4,000 guerrilleros les esperaban apostados en las colinas de Ataura en son de guerra (12 abril).”(**)

(**)CASTRO VASQUEZ, Aquilino. “Hanan Huanca, historia de Huanca Alta y de los pueblos del valle del Mantaro”, Ed.Stella, Lima, Perú, l992. Pág. 283-284

Tres

4. COMBATE  DEL 3 DE MARZO DE 1821

“Germán Leguía y Martínez narra la acción así:
Cerca de Jauja, impúsose de que sus adversarios habían abandonado la zona de ese partido y del de Huancayo, para acantonarse en el Cerro, que era a la sazón su cuartel general; y de que, por tanto, el camino hacia la gran mesa encontrábase, no sólo abierto, sino poco menos que desguarnecido.

No había, en efecto, para estorbarle el paso, más que un destacamento de caballería, instaurado por Aldao en Concepción, ascendente a un centenar escaso de hombres, allí puesto de mera observación, o tal vez base y núcleo de los indígenas del valle, que como sus congéneres de Tarma, Jauja y Huancayo, se habían sublevado y estaban completamente decididos por la causa de la independencia.

El 2 de marzo a media noche, púsose Ricafort en marcha hacia el pueblo referido (Concepción) con toda clase de precauciones a fin de presentarse por sorpresa; medida que si era necesaria para desbaratar el insignificante número de patriotas le economizaría por lo menos el gasto de fuerza y sangre exigida por toda resistencia.

A las tres de la matrugada del 3 de marzo de 1821 cuando el pequeño escuadrón hallábase dormido, y por supuesto descuidado, a causa de no haber tomado señal ni anuncio de ningún próximo enemigo, los realistas entraron sigilosamente en Concepción y asaltaron por diversos puntos el cuartel en que aquél habíase alojado, y sin brindar el menor espacio para cualquier acción; consumados así de un solo golpe el bien planeado y facílicimo triunfo. Sin embargo los primeros disparos despertó al pueblo y enterados del asalto, se movilizó la guerrilla en defensa de la pequeña y única fuerza dejada en el valle; la confusión y el desorden que se ocasionó en la obscuridad produjo numerosas bajas entre los patriotas alzados del pueblo que se defendió sólo con escopetas y rejones.

5. LAS HEROINAS TOLEDO.

Tres semanas después de la sorpresa de Concepción, ocurrida el 3 de marzo, el 24 del  mismo mes, llega al cuartel general de Asnapuquio, por senderos extraviados, usado sólo por los veloces chasquis, pliegos cerrados enviado por el desesperado Ricafort pidiendo apoyo urgente por encontrarse amenazado simultáneamente del lado de Cerro de Pasco por Aldao y desde Huamanga y Huancavelica por los montoneros de Huanta y Cangallo que buscaban la revancha ansiosos de vengar los crímenes cometidos por ellos.

La reacción del mando realista fue inmediata; al día siguiente 25 de marzo, salían del campamento de Asnapuquio con destino a la sierra central, el coronel Jerónimo Valdés, jefe del estado mayor del ejército español conduciendo un destacamento de 1,200 hombres

El 9 de abril, mientras Valdés partiendo de Huaripampa, avanzaba de norte a sur por la margen derecha en busca de Ricafort, éste lo hacía de sur a norte encontrándose en el pueblo de Mito. Avanzaron resueltamente para ocupar Concepción, cruzando la zona pantanosa de la Huaycha.

Entre tanto los pobladores de le región cruelmente castigados por los españoles cada vez que pasaban por ella, se mantuvieron en constante alerta para huir o defenderse; así desde el momento en que ellos pisaron el valle, se extremó el alerta y la vigilancia; pronto llegaron mensajes que indicaban con precisión la presencia de Valdés y Ricafort. En Concepción se había preparado con toda oportunidad para defenderse agresivamente del enemigo recordando lo sucedido el 3 de marzo con el escuadrón dejado allí; era pues necesario no dejarlos entrar en la ciudad. Las Toledo se dedicaron a reunir personal para organizar la defensa del puente.” (***)

(***)MENDOZA MELENDEZ, Eduardo: “La Independencia”. Ed. Santa Bárbara, Lima, Perú, l999. Pág. 71-72.

martes, 2 de abril de 2013

Edelmira del Pando, promotora de la educación física femenina












Del libro "Mujeres ilustres para la educación del Perú" de Jorge Camacho. Ed. Carpena, 1969

La provincia de Concepción, del histórico Departamento de Junín, fue la cuna de esta admirable mujer peruana, hábil maestra de innata y profunda vocación pedagógica, de férrea voluntad y de clara visión renovadora.


Nació el 22 de mayo (1886*) mes en que los verdes campos de su tierra natal se cubren de flores; ella fue una flor más en los jardines de la Patria.

Fueron sus padres el señor don Juan del Pando y la señora R. Edelmira Mendizábal, quienes cuidaron de la educación de su hija predilecta que, desde muy  niña manifestó una decidida vocación para el magisterio; hasta el punto que, contando apenas con quince años, fundó un colegio en Concepción que funcionó por espacio de un lustro. Antes había obtenido su diploma de maestra de Primer grado y posteriormente el de Segundo grado.

En 1912 se trasladó a la ciudad de Tarma donde fundó y dirigió un nuevo plantel en el que se educaron, durante tres años, las hijas de las mejores familias de esa bella y pintoresca ciudad.

En el año 1915 dejó la ciudad de Tarma y se instaló en la capital de la República. Su vocación pedagógica y su experiencia de maestra plenamente formada las ofrendó nuevamente a su patria, educando a varias generaciones de la juventud femenina limeña durante veintitrés años. Su espíritu abierto a todas las innovaciones pedagógicas acrecentó su prestigio de gran maestra formada en la lectura de libros y revistas especializadas que alentaron las iniciativas de su infatigable labor docente.

En Lima fundó el “Colegio Peruano de los Sagrados Corazones”. Ya este colegio había funcionado en la ciudad de Tarma desde 1898; trasladado a Huancayo en 1910, reapareció en 1915 en la propia capital de la República.

En Tarma su matrícula anual había ascendido a 150 alumnas; en Huancayo a 180; en la Capital, desde sus primeros años de funcionamiento, superó el millar; contribuyendo a la Educación Nacional con la formación de maestras diplomadas para el magisterio de enseñanza primaria que salieron a desempeñar sus puestos en las escuelas oficiales. Sus métodos pedagógicos se fueron perfeccionando cada año, colocándose a la altura de las nuevas conquistas y adelantos de la técnica de la Pedagogía. Se distinguió este plantel por su material de enseñanza, específicamente su colección de mapas de alto relieve, especialmente los referentes a nuestros departamentos y provincias.

Fue este colegio uno de los primeros planteles femeninos de la Capital que propugnaron el método objetivo efectuando excursiones frecuentes a fábricas y lugares históricos.

Su Biblioteca Escolar para uso de profesoras y alumnas; las conferencias y charlas semanales que propugnó siempre; su periódico en el que colaboraban las maestras y se entrenaban las alumnas en las faenas del periodismo; sentaron las firmes bases del gran colegio que subsiste ahora con el ilustre nombre de su fundadora y en la las nuevas maestras, que hoy la dirigen y enrumban,  se inspiran en el mensaje elocuente que dejó la maestra insigne con su vida y con su obra.

Y, algo digno de subrayar al recordar a la gran educadora Edelmira del Pando, es la preferencia que otorga a la vida deportiva para procurar la cultura integral de sus alumnas; haciendo brillar su Colegio en campeonatos escolares en el Estadio Nacional y creando un curso vocacional para la especialización en las artes manuales.

Las alumnas del colegio, que dirigiera esta ilustre educadora, ganaron en 1923 el Primer Campeonato Femenino de Vóley. Y la insigne maestra auguraba: “Día vendrá en que el Estadio Nacional se verá repleto de muchachas en traje de deporte”. En 1938, quince años después, de cumplieron estas hermosas palabras; en el mes de setiembre del referido año tenía lugar la Primera Presentación Gimnástica Escolar Colectiva. Dice una de sus biógrafas: “Sus ojos mortales no pudieron contemplar tan fausto acontecimiento; la insigne maestra se había ausentado para siempre”.

El 17 de mayo de 1938 en la Clínica del Hospital Arzobispo Loayza, rodeada de fieles exalumnas que lo veneraban, se durmió para siempre. Entre esas exalumnas estaban las ahora distinguidas maestras Aurora Tejada Barba y Violeta Merck Gonzalez.

 * Único dato agregado por el autor del blog.