martes, 18 de febrero de 2014

Nuestras heroínas Toledo: los reveces de la historia


Un tema que trastoca nuestra sensibilidad localista y pone en el péndulo la tradición histórica de Concepción, en estos últimos años, es el debate acerca de la verdadera identidad y la fecha en que ocurrieron las acciones de las heroínas Toledo y el corte de las maromas del puente Balsas; donde se vienen confrontando una versión literaria y poética con otra que intenta fundamentarse en la investigación imparcial y objetiva.

Desde la perspectiva tradicional los acontecimientos que signan el rumbo de los pueblos han de ser descriptivos, relacionados fundamentalmente a la actuación de las personas que se constituyen en héroes o paladines de la acción. Generalmente son las acciones de los jefes militares, los gobernantes, los ideólogos destacados, los líderes de masas los que terminan por ser el sustento del relato histórico y la explicación de los mismos. Desde una visión moderna los acontecimientos se explican a través de la dinámica interna de las fuerzas sociales en pugna, lucha que deriva más tarde o más temprano en una acción consciente de las masas en pos de la transformación de la realidad. Esta visión dialéctica asume que nada es absoluto y todo va camino al cambio, siempre en cuando reconozcamos objetivamente el valor de los hechos y fenómenos.

¿Quiénes fueron las Toledo?
En las Memorias del general Arenales se sostiene que la madre era una dama de Concepción emparejada con un argentino, próspero comerciante, natural de Salta y avecindado en la localidad desde muchos años atrás. Don Eduardo Mendoza Meléndez llega a sostener que nuestro personaje, apellidado Toledo, era un comerciante que recorría la ruta de Cerro de Pasco en la época de la bonanza de la plata. Por tanto tenía una situación económica holgada que le permitió brindar a sus hijas los cuidados y atenciones para cultivar la inteligencia y la belleza junto con otros sobresalientes atributos femeninos; virtudes que el propio Arenales resalta acerca de nuestras heroínas.

Su compromiso con la causa de la independencia se deduce fácilmente a partir de los datos expuestos, ya que en el decir de José I. López Soria: "La élite criolla de provincias, relacionada con la minería, la agricultura y el comercio regional y local, apoyó mayoritariamente la independencia pensando que la separación de España traería como consecuencia la eliminación del control de los funcionarios reales y la supresión de los privilegios de la élite limeña". (1)

La tradición registra sobre ellas los nombres de María, la madre; Cleofé e Higinia, las hijas. En las Memorias del general Arenales se dice que el Protector del Perú las reconoció con una distinción especial que consistía en la Banda patriótica y la medalla de vencedoras.

Una revisión minuciosa sobre los nombres femeninos utilizados por aquel tiempo nos lleva a concluir que los conservados por la tradición para las dos singulares hijas son inubicables en un entorno en los que los mismos se heredaban de la onomástica católica o se repetían entre hijas, madres y abuelas. Tampoco los apellidos se usaban bajo las mismas pautas de nuestra época, menos si los descendientes se engendraban en una relación no santificada por el sacramento religioso. Por tanto, no pongo en duda que nuestras damas eran hijas del señor Toledo, mencionado por Arenales y, apreciadas como tales por la comunidad; pero los únicos nombres femeninos  que registra la Gaceta de la Nación en la que el Generalísimo San Martín brinda reconocimiento a tres mujeres son: Josefa Anglade, la madre y; Josefa y Juana Anglade, las hijas.

 ¿Cuándo ocurrieron las acciones?

Al respecto, en una extensa y voluminosa obra de Rubén Vargas Ugarte se describe lo ocurrido en Concepción del siguiente modo:

"Una vez depuesto el Virrey Pezuela, el Jefe de Estado Mayor, Canterac, dispuso que Ricafort volviese a la sierra donde continuaba la agitación de los indígenas, excitados por la matanza de Cangallo y de Huancayo y donde Aldao, con actividad digna de encomio, secundado por Otero y otros jefes peruanos, hacían con sus correrías todo el daño posible a sus enemigos e interceptaban las comunicaciones con la costa. Como las fuerzas que disponía Ricafort fuesen reducidas se ordenó a Valdez que saliese con 1,200 hombres en dirección al valle del Mantaro.

El 3 de Marzo las tropas del primero habían dispersado en las cercanías de Concepción a una montonera, pero hallándose el país alzado, prefirió situarse en Izcuchaca, a fin de defender aquel paso y aguardar los refuerzos esperados. Estos llegaron bien pronto y, unidos ambos jefes, determinaron cruzar el río y pasar a la margen izquierda, tendiendo un puente de maromas, por el lado de Concepción. No lo hicieron a mansalva, porque los indios, a los cuales animaban las hermanas Toledo, patriotas decididas que lo sacrificaron todo por la causa de la libertad, les opusieron tenaz resistencia. Al fin lograron entrar en el pueblo que encontraron casi desierto, por haber huido casi todos los habitantes. De Concepción pasaron a Ataura, más al norte y en la misma banda del río, donde cerca de 4,000 indios intentaron oponerse al paso de los realistas que enardecidos por el combate, dejaron tendidos en el campo a más de cuatrocientos." (2)

De lo escrito por tan ilustre historiador peruano podemos extraer ya algunas observaciones importantes, aunque nuestro autor no establece fechas para la secuencia de hechos históricos mencionados:
1. El 3 de marzo hubo un enfrentamiento armado cerca de Concepción entre las fuerzas de Ricafort y una montonera patriota, acción que era conocida desde sus inicios por los exégetas de la independencia nacional.
2. El suceso del cruce del puente por el lado de Concepción ocurrió después que Ricafort estuvo en Izcuchaca y entró en contacto con las fuerzas de Valdez y eso sólo pudo ocurrir en fecha posterior de 25 de marzo de 1 821 en que Valdez salió de Asnapuquio hacia la sierra central por orden de Canterac; por tanto es una acción diferente a la primera. (3)
3. Inmediatamente después de las ocurrencias del puente y el ingreso de los realistas a Concepción se llevó a cabo el combate de Ataura entre fuerzas guerrilleras y el ejército de línea de Valdez y Ricafort en 12 de abril de 1 821. (4)
4. La acción de las hermanas Toledo no fue en 3 de marzo ya que Ricafort se reunió con los refuerzos que comandaba Jerónimo Valdez en la localidad de Mito en 9 de abril de 1 821. (5) Y el intento de cruzar el puente fue, por tanto, en 10 de abril de 1 821.

En la misma orientación de Vargas Ugarte, otros reconocidos historiadores como Germán Leguía y Martínez, Aquilino Castro Vásquez y nuestro eximio historiador concepcionino Eduardo Mendoza Meléndez refrendan y profundizan documentadamente lo expuesto por Vargas Ugarte.

Sólo nos queda subsanar los errores de la tradición.

(1) Varios. "Nueva historia general del Perú". Mosca Azul Ed.
(2) VARGAS UGARTE, Rubén, S.J. "Historia general del Perú". Tomo VI. Ed. Milla Batres.
(3) (4) CASTRO VASQUEZ, Aquilino. "Hanan Huanca".

(5) MENDOZA MELENDEZ, Eduardo. "La independencia".