Con la historia de Juan Preciado se inicia la
novela, él mismo cuenta que llega a Comala para cumplir una promesa que había
hecho a su madre en su lecho de muerte, promesa que no pensaba cumplir. Su
propósito no es sólo éste, ya que también pretende encontrar y conocer a su
padre, un tal Pedro Páramo. A su llegada conoce a un arriero que le indica
dónde está el pueblo, también se entera, gracias a éste, de que Pedro Páramo ya
ha muerto y de que éste tiene muchos hijos ilegítimos repartidos por todo
Comala; incluso el arriero, Abundio, es hijo de Pedro Páramo. En éste punto es
interesante la descripción que Juan Preciado hace del paisaje, la cual
contrasta totalmente con lo que le ha contado su madre.
Con referencias de este tipo se va
acrecentando la idea de que los personajes están introducidos en un plano ultra
existencial. Es la forma en que Rulfo hace que Juan Preciado se de cuenta a la
vez que el lector de que esas situaciones no son normales y de que esos
personajes podrían estar muertos. De hecho, Juan Preciado se lo pregunta a
Damiana Cisneros, pero ésta desaparece. Ante la alarma tanto del protagonista
como del lector, los personajes actúan con total normalidad.
También se encuentra con una pareja que,
según Rulfo, es una alucinación de Juan Preciado quien, ante la incertidumbre
de su situación y del presentimiento de que su muerte está cerca, pierde la
cabeza. Dicha pareja se encuentra en una casa semi-derrumbada, ellos son
hermanos y no salen nunca a la calle por practicar incesto. Ante esto, Juan
Preciado les dice que el pueblo está vacío, que no tienen de qué preocuparse,
pero la mujer le contesta que el pueblo está lleno de ánimas que andan penando.
La prueba que el mismo Juan Rulfo puso para
decir que esta parte de la historia es una alucinación de Juan Preciado es
cuando éste cuenta que se tumba junto a la mujer y ésta se pudre. A
continuación se produce la muerte de Juan Preciado.
Su muerte marca un antes y un después en la
narración de Juan Preciado, ya que su muerte se da en el fragmento 34 y en el
35 nos enteramos de que ésta narración no es "gratuita", es decir,
todo lo que hasta ahora ha narrado forma parte de un diálogo con Dorotea, una
mujer con la que comparte sepultura y que también aparece en la historia de
Pedro Páramo. Es importante este fragmento porque Juan Preciado reconoce que lo
mataron los murmullos.
Al inicio de la novela, el personaje tiene
apariencia de héroe, pero en su autonarración se nos va desvelando un personaje
ambiguo, cuyo relato es engañoso. Recibe paulatinas informaciones sobre el
objeto de su búsqueda y no la comenta. Quiere regresar y no hace ningún
movimiento para conseguirlo, se deja llevar. Tiembla y se retuerce de miedo; lo
ahogan y lo matan los murmullos.
Ya en la tumba, Juan Preciado habla con
Dorotea de las almas que penan. Juan Preciado le dice que los que lo mataron a él
fueron los murmullos, ella le contesta que se estaba haciendo el vivo; él ya
traía la muerte consigo. A partir de morirse o de darse cuenta de que está
muerto, según la opinión de cada uno, es decir, de convertirse en murmullo,
Juan Preciado abandona la narración y es un simple receptor de la historia de
Dorotea, a su vez, informa a ésta de lo que cuentan otras ánimas. Por ejemplo,
la de Susana San Juan, mujer de la que Pedro Páramo estaba enamorado, que
cuenta cómo murió.
El otro hilo argumentativo se centra en el
personaje de Pedro Páramo, aunque no de la misma forma que ocurría con Juan
Preciado. En la historia anterior el propio Juan Preciado narraba sus andanzas
por Comala, había una cierta continuidad no exenta de interpolaciones
pertenecientes a otros personajes, como por ejemplo el eco de Doloritas, su
madre. En resumen, la continuidad se refleja en el eje temporal, ya que la
historia empezaba cuando Juan Preciado llegaba a Comala, vagaba, moría y se
quedaba enterrado convirtiéndose en un murmullo. Sin embargo, dentro de este
nivel encontramos sub-unidades, ya que no aparece Pedro Páramo narrando su
vida, sino que, por medio de un sinfín de personajes se va destapando la
verdadera personalidad de Pedro Páramo. En los primeros fragmentos que tratan sobre
él nos aparece como un niño débil, escondido siempre detrás de las faldas de su
madre; ensimismado y soñador. Siempre está presente el recuerdo de Susana, su
compañera de la infancia, que se ha marchado de Comala.
Esta personalidad cambia con el asesinato de
su padre, Lucas Páramo, quien iba a asistir a una boda como padrino y es
asesinado. El recuerdo de la cara despedazada del padre se va borrando con las
muertes sucesivas que él ocasiona hasta no dejar rostro que se la recuerde.
Poco después del asesinato de Lucas Páramo muere su madre y él hereda "La
media Luna", una hacienda que sólo tiene deudas. Tenemos, por tanto, a un
joven de 20 años más o menos cubierto de deudas; el carácter de Pedro Páramo
cambia radicalmente y se nos presenta como un ser sin escrúpulos que es capaz
de pedir la mano de su acreedora más poderosa, Dolores Preciado, para evitar la
deuda o de asesinar a otro de sus acreedores, Toribio Aldrete, que también
aparece como ánima que pena en la historia de Juan Preciado. Mediante artimañas
de este tipo se convierte en el hombre más poderoso de toda la región. Es
ayudado por Fulgor Sedano, administrador de Lucas Páramo que al principio
desconfiaba de Pedro, hasta que queda admirado por su capacidad para evitar
acreedores.
Pedro Páramo es, en su madurez, un hombre
atractivo que viola muchachas, de ahí que tenga muchos hijos ilegítimos. Su
falta de escrúpulos se refleja en la forma en que reconoce y adopta a uno de
sus hijos: Miguel Páramo. Éste hereda de su padre esa capacidad para cometer el
mal; viola a la sobrina del padre Rentería y asesina al padre de ésta. Miguel
Páramo muere.
Aquí nos aparece la figura del padre
Rentería, el cura del pueblo, que no quiere dar la absolución a Miguel Páramo
porque ha violado a su sobrina y ha asesinado a su hermano. Pedro Páramo lo
soborna y la da dinero para que le de la absolución; éste se la da y sufre un
conflicto moral, carga un sentimiento de culpa porque se da cuenta de que sólo
presta sus servicios como sacerdote a los ricos, negándoselos a los pobres.
Este sentimiento lo encontramos en expresiones como: "El Padre Rentería se revolcaba en su cama sin poder dormir",
"oyó el canto de los gallos"...Podríamos decir que él tiene la
culpa de que Comala sea un pueblo lleno de almas en pena, ya que no les ha dado
la absolución. Él mismo tampoco recibe la absolución y el causante de esto, en
definitiva, es Pedro Páramo, quien creció en maldad entre los feligreses del
Padre Rentería, quien es causante de los pecados cometidos por gran parte de
los feligreses, quien ha despedazado la iglesia sembrando el pecado...
Otra unidad argumentativa es la que hace referencia a Susana San
Juan, última esposa de Pedro Páramo y de quien él está enamorado toda la vida.
Todo lo referente a ella es narrado en forma de monólogo interior tanto en boca de ella como de Pedro Páramo. Lo
que ocurre con ella es lo siguiente: su padre, Bartolomé San Juan, se la lleva
de Comala cuando ella es una niña, pero Pedro Páramo la busca incansablemente
hasta que da con ella. Consigue casarse con ella y que su padre se quede
trabajando en las minas, lejos de la Media Luna; se deshace de Bartolomé San
Juan. No consigue ser feliz con Susana, ya que ella está loca y se pasa el día
soñando en su vida de casada, vida que no ha tenido; en numerosas ocasiones
hace referencia a Florencio, su supuesto marido y cuenta sus encuentros con él.
Paralelamente a la historia de Susana, se
hace referencia a la revolución mexicana, ya que los revolucionarios van a
pedir cuentas a Pedro Páramo; éste no se amilana y maquina un contragolpe para
contrarrestar la acción de la revolución. Éste consiste en hacer falsas
promesas a los revolucionarios e introducir en el grupo de éstos al hombre más
temerario de Comala con 300 hombres para introducir la contrarrevolución. Es
decir, lo que hace es comprar la contrarrevolución para mantener él las riendas
de la revolución en sus tierras.
Finalmente, Susana muere y las campanas tocan
sin cesar durante días; la gente, que no sabe lo que ha pasado, celebra fiestas
mientras las campanas tocan a muerto por Susana. Pedro Páramo promete vengarse:
dice: "Me cruzaré de brazos y Comala morirá de hambre". Así ocurre,
Comala se va quedando sin gente y Pedro Páramo, se interesa cada vez menos por
las cuestiones del exterior.
Un día Abundio, hijo ilegítimo de Pedro
Páramo, va a "La media Luna" a pedirle dinero para enterrar a su
esposa y hiere se muerte a Pedro Páramo quien "dio un golpe seco contra la tierra y se fue desmoronando como si
fuera un montón de piedras".
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