viernes, 19 de agosto de 2011

Reencuentro con la Alborada Toledana



Por: Freddy A. Contreras Oré


"PALO CUANDO NO BOGAS Y MÁS PALO CUANDO BOGAS"


Tomo para subtítulo de este comentario una expresión de doña Nidia Vidal, abuela de la protagonista de la última novela de Isabel Allende (El cuaderno de Maya, Ed. Sudamericana, mayo de 2011). Ella lo usa para hacerle notar a su nieta que es una costumbre muy latinoamericana juzgar mal a las personas que no hacen nada; pero se juzga peor a quienes hacen algo valioso. Yo no quiero caer en las trampas del juicio por antipatía. En la cincuentenaria Heroínas Toledo estudiaron mi esposa, todas mis hermanas, varias sobrinas y ahora mi hija; prestaron sus servicios mi hermano, otros apreciados parientes y gratas amistades; difícilmente podría hacer ejercicio de un rol negativo contra la institución. Lo que digo aquí va sólo con el deseo de intercambiar algunas ideas y crecer, si aprendemos juntos compartiendo.


APLAUSOS, SALVAS Y VÍTORES


Para la institución educativa en general por la publicación de "Reencuentro con la Alborada Toledana", a las hermanas Dominicas, a las maestras y maestros, a las alumnas y exalumnas que aportaron con sus artículos, a los artistas que diagramaron la revista. La selección de los artículos y el orden de presentación evidencian un exquisito gusto editorial; los temas son variados y reflejan gran riqueza intelectual. Si no fuera sólo un reencuentro con Alborada Toledana, sino un reinicio, estaría encantado de esperar cada cierto tiempo una nueva publicación.


PALMETAZOS


Para el equipo editorial que se dejó engatusar con las travesuras del geniecillo malo de las palabras y no corrigió oportunamente dos errores de principiantes:


1. Una persona, dice el diccionario, es un individuo de la especie humana; por tanto una persona humana es una redundancia. Si sobrentendemos que la intención de la autora ha sido referirse a la búsqueda del bien del género humano, entonces debería decirse persona humanitaria o, de modo más sencillo, utilizar el epíteto: humana persona y el sentido de la expresión es más apropiado. Error que dejaron pasar en el artículo de Lucero Meza.

2. En la página nueve de la revista se dice algo que jamás de los jamases vuestra querida institución pudo haber obtenido: "el 25avo. Puesto de 1060 proyectos..." Aquí se dio fácil acceso al mal hábito en contra de la propiedad idiomática. Si bien así se mal habla en nuestro medio; en el nivel formal, el ordinal es vigésimo quinto.


JALÓN DE CRENCHAS


Para el equipo editorial que introdujo una corrección donde no hacía falta, en el artículo de Fabiola Contreras. Resulta irónico que la hija de quien asume la defensa del gentilicio concepcionino(a) aparece utilizando en su artículo el exótico neologismo "concepcinas". Les invito gentilmente a revisar el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, donde se consigna nuestro gentilicio de la provincia de Concepción, región Junín, Perú. Y porque, además, sobran criterios morfológicos y de acepción derivativa para descartar la aberración que promueve el autor de la revista Montacanasta.


Y otro jalón doble para el profesor Víctor Vargas de la Cruz quien, en su excelente trabajo sobre el cuento folclórico, hace mención, sin menoscabo de la calidad de todo el resto, a unas inexistentes "sociedades triviales", es decir, sociedades vulgares, ordinarias, anodinas; cuando, muy por el contrario, todos los estudios sociológicos sostienen que la naturaleza de las sociedades humanas son su complejidad, su mulplicidad de procesos y símbolos. Otra vez el geniecillo de las palabras le juega una mala pasada a nuestro amigo; con certeza quiso decir sociedades tribales. Pero en este caso, como docentes del área de comunicación, no debemos olvidar que nuestro conjuro contra las maldades del duende travieso es el diccionario y la calma paciencia de revisar nuestros escritos hasta que la buena levadura haga florecer el bollo apto para el horno.


AZOTES CON PENITENCIA


A la profesora Consuelo Oré Velásquez que, quitándole cuerpo a sus antecedentes intelectuales y a su condición de maestra concepcionina, presenta una nota inconsistente y escrita a plumazos apresurados.


En tal consigna datos que la investigación histórica ha demostrado que son falsos y, pese a que la tradición y la incomprensión de muchos sectores aún no lo aceptan, son nuestro deber esclarecerlos.


Sólo por hacer referencia: un historiador de prestigio nacional como Rubén Vargas Ugarte y otro más cercano como Eduardo Mendoza Meléndez, han demostrado sin lugar a dudas que la acción heroica de nuestras Toledo ocurrió en fecha diferente al tres de marzo de 1821. Si bien es un tema que exige mayor difusión; como formadores de nuevas generaciones debemos avanzar abriendo trochas hacia los nuevos saberes y no adormilarnos junto a las seductoras espumas de las fuentes estancadas.

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