Debo reconocer el meritorio esfuerzo del INC, filial Concepción, que a inicios de los años 90 del pasado siglo rescatara y difundiera las letras de nuestro Himno local. Hoy día el Himno a Concepción es cantado en todas las ceremonias oficiales y los concepcioninos lo sentimos como el canto cívico que enaltece nuestra identidad y nos enorgullecen las glorias de esta amada patria chica. Sin embargo, a partir de 2003 se viene difundiendo una versión diferente de la primigenia y es menester recuperarlo en el fondo y la forma original.
La composición poética de Fray Luis Ayala Aguirre, antes de ser adaptado al acompañamiento musical fue un texto lírico escrito en octavas; es decir, en agrupaciones de ocho versos. No se necesita ser erudito para concluir que si se varía las octavas a cuartetas, se resquebraja la unidad y coherencia del mismo. Estas octavas fueron escritas, el coro, en dodecasílabos (doce sílabas métricas cada una); y la estrofa, en eneasílabos (nueve sílabas métricas cada verso). Si sostuviéramos la versión del coro que actualmente se difunde en cuartetas nos encontramos con versos de cinco, seis, siete, ocho y nueve sílabas métricas, indistintamente, sin orden ni concierto; y aquello sería una afrenta a la condición de destacado compositor y poeta del autor.
En poética también se requiere de un ritmo que se establece periódicamente por medio de las sílabas tónicas de los versos. En la versión original es fácil de ubicar que las sílabas cuarta, sétima y décima primera de cada verso del coro forman el ritmo interno. Así no sucede en la versión en cuartetas.
Finalmente, cada verso de una composición poética siempre da pie a una leve pausa que es notoria y encaja perfectamente con el acompañamiento musical en la versión primigenia. Eso no ocurre con la versión modificada.
En cuanto al contenido del coro se ha introducido una variación atentatoria en el sexto verso en donde anteriormente decía “y sus laureles adornan tu frente” y hoy “y de laureles coronan tu frente”. Este cambio no es sólo de sentido; sino una rebaja del contenido lírico del texto, porque lo trastoca del nivel connotativo o figurado del lenguaje poético al nivel denotativo de simple lenguaje coloquial. En lenguaje figurado el laurel es un triunfo, una hazaña, una gloria y aquellas preces de nuestros héroes son los que adornan la majestad y superioridad histórica de Concepción, como debe de entenderse “tu frente”. En cambio en la versión modificada, nuestros héroes que están en el cielo en actitud contemplativa toman una postura activa y le colocan una corona de laureles reales a una frente real. El texto pierde consistencia, coherencia y unidad, disminuido al sentido común; y es huachafo, además, porque en la estrofa esos mismos héroes hacen un nimbo o aureola a nuestra ciudad invicta redundándola de distinciones.
Cuesta creer que las personas llamadas a interesarse por el tema y defender nuestro patrimonio histórico y cultural hayan obrado con ligereza y poca convicción hasta la fecha. Es más difícil aceptar todavía que la distorsión se haya iniciado a través de los responsables de las cartillas de difusión del Himno que propala la Municipalidad, tan sólo por acomodar los versos al espacio disponible o porque coronar parece más adecuado que adornar y así debe ir. Los símbolos de una localidad gozan de las mismas prerrogativas que nuestros símbolos nacionales y debemos respetarlos.
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