miércoles, 7 de enero de 2009

Consuelo Oré y el florilegio de la tierra


Por: Freddy A. Contreras Oré

Consuelo Oré, maestra y comprometida dama de letras, presentó el día 4 de diciembre del año que se nos fue, su libro "El mundo literario de mi tierra Concepción". Corrió a cargo de don Gerardo García Rosales una extensa disertación sobre la obra que él llamó antología, selección, florilegio y destacó el sobresaliente mérito de la autora por iniciar en nuestra provincia tan singular trabajo. De mi parte, le extiendo con fe y calor, las felicitaciones y los aplausos a doña Consuelo Oré Velásquez.

No debemos olvidar que toda obra del espíritu es una abstracción o imagen de la realidad reflejada en las intensas aguas de la inteligencia y nuestros escritores no viven ajenos a ese entorno, por tanto sus creaciones no existen en el vacío; evidencian no sólo una manera de escribir, sino también una manera de entender la complejidad de la vida, la sociedad y la cultura.

Este libro de la profesora Consuelo Oré se ubica en el contexto de una nueva actitud que desde fines de los noventa del siglo pasado se viene dando dentro del movimiento intelectual en nuestra localidad: integrar nuestros valores históricos culturales con perspectiva e identidad propias. Al respecto, son de merecido reconocimiento los trabajos de don Jesús León Gonzales.

En mi opinión, el gran valor de esta clase de hijos del intelecto que se inician con proyecciones de crecimiento no se encuentra precisamente en las verdades que alcanza o ayuda a definir; sino en las grandes interrogantes que plantea y obliga a esclarecer.

Creo que la autora debería haber planteado desde el inicio cuál es su visión ontológica de la literatura y ello le habría puesto a la mano y a la razón los criterios para incluir o ciertos escritores y a otros no; porque en función de esa definición los lectores también sabríamos si vamos a encontrarnos con autores que hacen literatura con valores estéticos o, en un concepto más genérico, a todos los que buscan perennizarse mediante la escritura, aunque sus trabajos tengan carencia de sentido artístico.

Pese a que Consuelo Oré no lo dice, la literatura que lo aboca es la que se viene haciendo en Concepción los últimos cincuenta años, que coincide además con el tiempo en que se ha creado la provincia. No ha hurgado lo suficiente aún en las profundidades de la literatura oral prehispánica ni la de control social; tampoco toma en cuenta las menciones de los cronistas sobre Concepción de Lurinhuanca y deja pasar de incógnito a don Ricardo Palma, quien refiere a Concepción siquiera en ocho de sus tradiciones; pero en una, "El canónigo del taco", nos permite percibir con nitidez no sólo los aspectos sociales de nuestro terruño, sino su idiosincracia a través del dilema moral del cura Pasquel.

Seguramente hay otros items pendientes que la perseverancia de nuestra autora irá subsanando y ampliando porque el trabajo que ha iniciado es un reto abierto y de duro trajín. Lo que importa destacar ahora es que Consuelo Oré hace conocer en su libro a muchos escritores inéditos y esa búsqueda a de haber sido esforzada y lleno de aventura como lo es el trabajo de la literatura en general.

Este libro, por su naturaleza fundadora, forma parte ya de la obligatoria bibliografía de consulta sobre la patria tierna y acogedora de Concepción y evidencia nuestra peculiar tradición cultural en el valle del Mantaro.

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